“Ya soy refugiado”. Con estas palabras entraba en nuestra oficina el señor Miguel (nombre ficticio) hasta ese momento solicitante de refugio, la tarde del 5 de Junio, después de haber recorrido un largo camino – casi 9 años – desde que salió de su Colombia natal.
Ver el escrito completo de Carla Pablos (SUD 2007) en el blog del Servicio Jesuita a Refugiado